La celebración conocida como la Fiesta de Purim es un evento significativo en Israel que, hasta el día de hoy, reúne a personas para conmemorar la historia de Ester. Durante esta festividad, las personas se disfrazan, leen el libro de Ester (llamado Tehilán de Ester en hebreo) y, en un acto simbólico, hacen ruido con matracas cada vez que se pronuncia el nombre de Amán. Es una tradición alegre y colorida donde se preparan paquetes de comida, se comparten víveres y regalos, creando un ambiente que recuerda a la celebración de la Navidad en otros lugares. Purim, que significa “suerte” en hebreo, lleva un nombre curioso que podría despertar preguntas: ¿Cómo es que una fiesta dedicada a Dios tiene un nombre relacionado con la suerte? Esta reflexión está profundamente conectada con los eventos narrados en el libro de Ester.
Contexto Histórico (Ester 1)
El rey Asuero, también conocido como Artajerjes, reinó sobre 127 provincias que abarcaban desde la India hasta Etiopía. Aunque fue un rey persa considerado “bueno” en cierto sentido (recordando que solo Dios es verdaderamente bueno), tenía un gran control sobre el Oriente y la India. Su trono estaba en Susa, la capital del reino. En el tercer año de su reinado, organizó un gran banquete que duró 180 días, destinado a mostrar las riquezas, la gloria de su reino y la magnificencia de su poder. Luego, culminó con otro banquete de siete días, donde se ordenó que todos debían divertirse y beber sin restricciones, reflejando el exceso del rey.
En esta historia aparece la reina Vasti, una mujer hermosa que también organizó un banquete para las mujeres en la casa real. Sin embargo, aunque era la esposa del rey, no podía entrar a las fiestas del rey sin ser llamada. Cuando Vasti desobedeció una orden del rey para presentarse ante él, fue destituida de su posición como reina.
Simbolismo y Comparaciones
El relato de Vasti y Ester tiene paralelismos simbólicos profundos con historias bíblicas. Algunos interpretan que Vasti representa a Satanás, mientras que Ester representa a Jesucristo. Vasti, a pesar de su belleza y poder, toma una posición de rebeldía al desobedecer al rey. Esta acción lleva a su destierro, un destino que se asemeja al de Satanás, quien fue expulsado del cielo por su desobediencia y arrogancia.
Por otro lado, Ester se convierte en un reflejo de Jesucristo. Cuando Ester fue llamada a salvar a su pueblo, demostró humildad y obediencia, así como Jesucristo aceptó venir al mundo para salvar a la humanidad. Ester, como reina, fue enaltecida después de su sacrificio y valentía, de manera similar a cómo Jesucristo fue glorificado después de su sacrificio en la cruz.
Capítulo 3
En este capítulo aparece Amán. En el primer versículo se menciona que después de ciertos acontecimientos, el rey Asuero engrandeció a Amán. Es interesante notar que el significado del nombre de Amán es “turbulento”, lo cual refleja su carácter y personalidad. Este detalle ya da indicios de la naturaleza conflictiva de este personaje.
El versículo 2 resulta clave para comprender el conflicto que se desarrollará más adelante. Todos los siervos del rey tenían la orden de postrarse ante Amán, ya que era un mandato real. Sin embargo, Mardoqueo, quien había criado a Ester y era reconocido como un hombre sabio, se negó rotundamente a hacerlo. Aunque no ocupaba un puesto prominente en el palacio, trabajaba allí y estaba en constante interacción tanto con el rey como con Amán. La razón de su negativa era clara: Mardoqueo solo se postraba ante Dios, fiel a sus convicciones religiosas.
Es fascinante comparar a estos dos personajes. Por un lado, Mardoqueo provenía de la tribu de Benjamín, mientras que Amán era descendiente de Agag. Este dato histórico es relevante porque Agag era el rey que Saúl debía haber eliminado según el mandato divino (1 Samuel 14:47 y 15:8). Esta rivalidad ancestral entre las dos casas parece manifestarse nuevamente en este conflicto. Mardoqueo, plenamente consciente de la historia y del origen de Amán, reafirmó su postura de no postrarse ante él, ya que no solo había razones religiosas, sino también una rivalidad histórica que alimentaba su decisión.
Este acto de desobediencia provocó el odio desmedido de Amán, no solo hacia Mardoqueo, sino también hacia todo el pueblo de Israel. En el versículo 9 se menciona que Amán persuadió al rey para emitir un decreto de exterminio contra los judíos. Para establecer la fecha precisa, se echó suertes, una práctica común entre los idólatras de la época. La palabra hebrea para “suertes” es “purim”, y de allí deriva el nombre de la fiesta judía que conmemora este evento.
El decreto estipulaba que en un plazo de doce meses todos los judíos debían ser exterminados. Esta decisión no solo selló el destino del pueblo de Israel en ese momento, sino que también marcó el inicio de una de las historias más significativas en la Biblia, donde la fe, el coraje y la intervención divina jugarían un papel fundamental en la salvación del pueblo judío.
Capítulo 4
Cuando Mardoqueo supo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos y se vistió de silicio y ceniza. Salió por la ciudad, clamando con un gran y amargo clamor. Esta era la costumbre de los profetas cuando se anunciaba un desastre. En ese momento, el pueblo de Israel vivía una crisis terrible, y Mardoqueo, con gran sabiduría, decidió que era necesario que todos participaran en la lucha, porque el enemigo, el diablo, estaba enfurecido contra el pueblo del Señor. Mardoqueo no iba a cometer el mismo error que su antepasado Saúl, quien desobedeció el mandato divino, y estaba convencido de que Dios había puesto a Ester en ese lugar de honor con un propósito divino.
En el versículo 13, Mardoqueo confronta a Ester con palabras claras y firmes. Le dice: “¿Acaso no sabes, reina, que, aunque tú seas judía, si permaneces callada, el pueblo de Israel se salvará de otra manera, pero tú y tu familia perecerán? Dios buscará la forma de salvar a su pueblo, pero tú tendrás que rendir cuentas por no hacer lo que se te ha encomendado.” Este es el mensaje de Mardoqueo: Dios obra de todas formas, pero cada uno de nosotros será demandado por nuestras acciones o inacciones. Nos llama a todos a actuar conforme a su voluntad.
El camino fácil es la cobardía, huir o apartarse, pero el camino difícil es el del valiente: enfrentar el desafío, luchar, seguir adelante, incluso cuando las fuerzas parecen flaquear. Eso fue lo que hizo Ester. Ella respondió a Mardoqueo con valentía: “Reúne a todos los judíos, porque yo haré lo que no está permitido por la ley, me presentaré ante el rey para interceder por la liberación del pueblo de Israel.” Su decisión fue clara: tres días de ayuno y oración. Durante este tiempo, Ester se prepararía espiritualmente, y también sus doncellas y eunucos ayunarían con ella, porque ella también iba a entrar en la batalla.
Es interesante señalar que el libro de Ester es el único libro en la Biblia donde el nombre de Dios no aparece en ningún momento. Incluso cuando Ester ordena el ayuno, no menciona explícitamente a Dios. Ella simplemente pide ayuno, pero no menciona a Dios. Este hecho, entre otros, hizo que el libro de Ester fuera el último en ser incluido en el Canon del Antiguo Testamento. Durante el proceso de selección, había un debate sobre su inclusión, ya que no mencionaba el nombre de Dios directamente. Sin embargo, a pesar de esto, se reconoció que el libro mostraba claramente la obra soberana de Dios en los eventos, y por eso se decidió que debía ser incluido.
Tras los tres días de preparación, Mardoqueo siguió las instrucciones de Ester. Sin embargo, Ester no fue inmediatamente ante el rey. En lugar de eso, ideó una estrategia. Su plan consistía en invitar al rey y a Amán a un banquete. De esta manera, comenzó a preparar el terreno para su intervención audaz, y la historia de su valentía y fe continuó a desarrollarse de una manera inesperada y poderosa.
Capítulo 5
Ester entra al palacio real, y el rey, al verla, extiende su báculo hacia ella, un gesto que simbolizaba que ella había encontrado gracia ante sus ojos. El rey le pregunta: “¿Qué deseas, reina Ester?” Y Ester, con mucha humildad, responde: “No quiero nada, solo que tú y Amán me acompañen a un banquete que yo misma he preparado.” Es importante destacar que, en este momento, Ester no pide nada más. Ella sabía que la batalla era suya, que no podía delegar esta responsabilidad en nadie más. Cada uno tiene que luchar sus propias batallas, y Ester lo entendió perfectamente.
Ester prepara el banquete y, mientras tanto, la historia sigue su curso. En el versículo 9, Amán sale del palacio ese día, contento y alegre. Sin embargo, al ver a Mardoqueo en la puerta del palacio, quien no se levantó ni mostró respeto hacia él, se llenó de ira. Aunque inicialmente se contuvo, Amán regresó a su casa, orgulloso de haber sido invitado por la reina a un banquete, pero con un odio creciente hacia Mardoqueo. Él ya había preparado una horca grande, alta, visible para todo el pueblo, donde pensaba colgar a Mardoqueo. Es interesante notar que, así como el enemigo planea nuestra destrucción, Dios siempre va delante de nosotros para protegernos.
Antes de que se dé el segundo banquete, ocurre algo crucial: el rey Asuero tiene un sueño.
Capítulo 6
El rey no puede dormir. Está inquieto y preocupado, como si algo estuviera mal. Sus pesadillas lo hacen pensar que hay algo que no ha hecho correctamente como rey, así que ordena que le traigan las memorias y crónicas para leerlas en su presencia. Durante esta lectura, se encuentra un registro importante: Mardoqueo había denunciado un complot de Bigtán y Teres, dos eunucos que pertenecían a la guardia del rey y que habían planeado asesinarlo poniéndole veneno en su bebida. Mardoqueo, que trabajaba en los pasadizos del palacio, había escuchado sobre el complot y lo denunció. Gracias a él, la vida del rey fue salvada. Aunque el nombre de Dios no se menciona directamente, su mano estaba claramente en los eventos, trabajando a su favor.
Al día siguiente, Amán llega al palacio, completamente orgulloso de sí mismo, y se encuentra con el rey. El rey, al ver a Amán, le pregunta: “¿Qué debe hacer el rey con el hombre a quien desea honrar?” Amán, pensando que el rey hablaba de él, inmediatamente sugiere que se le den todos los honores posibles: que se le vista con el manto real, que se le monte en el caballo real y que se le coloque la corona del rey. El rey, sin saber la respuesta de Amán, le dice: “Date prisa, haz todo lo que has dicho, pero hazlo con Mardoqueo, el judío que se sienta a la puerta del palacio. No omitas nada de lo que has dicho.”
Amán, en ese momento, debe haber sentido una gran vergüenza, pues tuvo que humillarse ante su peor enemigo. Lo que él había planeado como su venganza contra Mardoqueo, terminó siendo un acto de honor para Mardoqueo. La Biblia nos dice que Dios pondrá a nuestros enemigos por estrado de nuestros pies. Aunque los hombres planean nuestro mal, la victoria siempre viene de parte de Dios. La venganza es del Señor, no nuestra.
En este momento, Dios ya estaba enviando señales claras al pueblo de Israel de que la victoria estaba en camino. Para finalizar, Mardoqueo pasó a ocupar el lugar de Amán como consejero principal del rey. Y Ester, junto con Mardoqueo, proclamaron la fiesta de Purim, una de las festividades más importantes en Israel, para celebrar la liberación del pueblo de Dios.
La historia de Ester es un recordatorio de cómo Dios, aunque a veces no sea explícitamente mencionado, está en control de todo lo que sucede, y siempre tiene un plan perfecto para sus hijos. La historia de Ester y la celebración de Purim nos invitan a reflexionar sobre la providencia divina y la valentía necesaria para actuar en momentos decisivos. Aunque el nombre Purim se relaciona con “suerte,” esta fiesta nos recuerda que nada está fuera del control de Dios. Los eventos que llevaron al rescate del pueblo judío bajo la intercesión de Ester son un testimonio de cómo Dios utiliza incluso las situaciones más oscuras para traer luz y salvación a su pueblo.