¿Cómo es la iglesia que Dios quiere?

1.LA IGLESIA COMO PUEBLO DE DIOS

¿Qué es la Iglesia?

  1. La Iglesia como Pueblo de Dios
    La iglesia como tal fue una promesa de Dios. Es la promesa en la que un día Dios iba a reunir como una asamblea a todas las naciones de la tierra; esta promesa la encontramos en Génesis 12:3: “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”.

Quiere decir que aquella promesa que había sido hecha a Abraham, que supuestamente correspondía al pueblo de Israel, también iba a bendecir al mundo entero. En el pasaje de Hechos 2 también nos habla de aquella promesa, cuando se derrama el Espíritu Santo y el apóstol Pedro cita a Joel 2 y les dice que esto no es una borrachera, sino el cumplimiento de la promesa que se había hecho, en la cual Dios derramaría su Espíritu sobre toda carne, y no solo sobre el pueblo judío o hebreo, sino que aquella presencia estaría también en nosotros los gentiles, los que no somos judíos de nacimiento. Esa promesa entonces se cumple con la fundación de la iglesia.

En el pasaje de Hechos 15:15 vemos que nuevamente Dios promete, pero ¿cuál es el Tabernáculo de David? El Tabernáculo de David es la adoración y Dios promete volverlo a edificar, pero no solo para el pueblo de Israel, sino para que todos los hombres invoquen al Señor; para que todos tengan acceso a Dios.

Romanos 11:11 “¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?”. Quiere decir que cuando Jesús vino a la Tierra fue por el pueblo de Israel, pero Israel rechazó la bendición de Dios y Dios hizo algo para poner a celos: llamó a nosotros, los gentiles. Nadie es insustituible ni eterno, así que Dios miró a los miles de millones de vidas que hay y dijo: “Lo que estos rechazaron, ellos lo abrazarán con todo su corazón”.

Efesios 2:11 “Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne”. La circuncisión era una promesa hecha también a Abraham; se tomaba a un niño y se le cortaba el prepucio a los siete días de nacido, para que una semana después pudiera sanar. Se le hacía a todo varón nacido en la casa de Abraham o a extranjeros que pasaran a formar parte de la comunidad judía. Solo los judíos eran los únicos que tenían esa marca; era como una señal de que eran el pueblo de Dios, y miraban a los gentiles con desprecio.

En el versículo 14 dice: “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación”. Este versículo nos dice que la iglesia no es solamente de gentiles que vienen a Cristo. Pedro no era gentil, Pablo no era gentil, Juan no era gentil; los apóstoles todos eran judíos. Entonces la iglesia no se forma solo de gentiles; en la iglesia de Dios se toma de ambos pueblos: de los gentiles y de los judíos, y de ambos pueblos hizo uno, como dice la Biblia, derribando la pared intermedia de separación.

Mateo 16:13 “Viniendo Jesús a la región de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.

En ese momento, los judíos creían en la reencarnación, ya que al mencionar a los profetas pensaban que uno de ellos vivía en el cuerpo de Jesús. En el versículo 16, cuando Pedro responde de manera correcta, Jesús le dice: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.

La mayoría de los católicos leen este pasaje sin compararlo con nada más, no lo estudian con ningún otro pasaje ni buscan ninguna traducción, simplemente leen “y sobre esta roca edificaré mi iglesia” y concluyen que Pedro es la piedra. Así concluyen que Pedro es el fundamento sobre el cual se edificó la iglesia del Señor, y no Cristo; por eso los católicos dicen que Pedro fue el primer papa. Ahora veamos en 1 Pedro 2:4, donde el mismo Pedro aclara: “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. La misma Biblia nos da la respuesta, se entiende por sí misma que la roca es nuestro Señor Jesucristo.

2.¿Sobre qué está edificada la iglesia?

La iglesia está edificada sobre la piedra angular, que es Cristo mismo, como aquí el apóstol Pedro lo aclara. Para que Pedro fuera la roca tendría que ser perfecto, y Pedro le falló al Señor, lo negó tres veces momentos después de este evento donde Jesús le dice que él era la piedra. La palabra “Pedro” significa “piedra pequeña” o “piedra movible”, una piedra que puedo mover de aquí para allá. Jesús dice: “Tú eres Pedro, y sobre esta roca”, refiriéndose a sí mismo, “edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán”. El único que puede sostener a la iglesia de las garras del diablo y del poder del infierno es nuestro Señor Jesucristo.

  1. ¿De qué está conformada la iglesia?

La iglesia está conformada por todo tipo de personas, judíos y gentiles; por todas las naciones y todas las lenguas (Apocalipsis 7:9). La misión de la Iglesia tiene dos funciones principales:

  1. Llevar el Evangelio a toda criatura.
  2. Adorar en espíritu y en verdad.

Esa es la misión fundamental de la Iglesia de Cristo. La iglesia ahora se convierte en el cuerpo de Cristo.

  1. Cristo como cabeza de la iglesia.

Es el que gobierna la iglesia, es el que domina la iglesia; el Señor es el que tiene la última palabra. Nosotros formamos parte del cuerpo de Cristo y obedecemos lo que Él nos diga. Si Cristo es la cabeza, es porque Él nos compró a precio de sangre, lo cual significa que le pertenecemos y estamos sujetos a Él.

  1. ¿Qué cosas debe tener la iglesia?

Veamos Efesios 4:4: un cuerpo, un espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, y los dones que el Señor ha repartido a cada uno de nosotros, sus hijos.

  1. Los dones espirituales en la iglesia.

En 1 Corintios 12:4 no se habla de solo 12 dones, sino de una diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de ministerios, no solo cinco, pero el Señor es el mismo, y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Esto quiere decir que Dios trata a cada uno de manera diferente para despertar la fe de esa persona. No podemos encerrar al Espíritu Santo en una caja de nuestras propias ideas; debemos entender a Dios como un Dios que se mueve de una manera tremenda e infinita. Dios puede usar a una persona, y en ello uno tiene que estar abierto para entender que tiene muchas formas de obrar, pero toda la gloria solo la lleva Él.

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