Las 2 deportaciones de Israel y Judá

Este es una de las historias más fascinantes en el pueblo de Israel y un tema muy ignorado en el pueblo de Dios, que Israel primeramente estaba formado por 12 tribus, de las cuales la tribu de José se dividió en 2 con Efraín y Manases, además la tribu de Leví no se contaba porque esta tribu le pertenecia al Señor y no recibió territorio de Herencia.

La primera división en Israel es notoria después de la muerte de Saul en donde después de la muerte del rey Saúl, su hijo, Isboset, fue proclamado rey en una parte de Israel. Sin embargo, David fue ungido rey en la tribu de Judá.

Durante un tiempo, hubo un conflicto entre los partidarios de Isboset y los de David. Con el tiempo, David se estableció como rey sobre todo Israel después de la muerte de Isboset.

David tuvo un Reino bastante turbulento, sin embargo, su amor y fidelidad a Dios hicieron que se consagre como el mejor Rey que tuvo el pueblo de Israel, pero después de este tomo su lugar Salomón quien claramente al final de su ministerio se apartó del Señor cometiendo los siguientes graves pecados contra Dios:

  1. Idolatría y construcción de lugares de culto a dioses falsos:

1 Reyes 11:1-8: Este pasaje menciona cómo Salomón se desvió al casarse con mujeres extranjeras que adoraban a otros dioses y cómo esto lo llevó a seguir sus prácticas idolátricas.

  1. Matrimonios con mujeres extranjeras:

1 Reyes 11:1-4: En este pasaje se detalla cómo Salomón amó a muchas mujeres extranjeras y cómo estas mujeres lo llevaron a adorar a dioses paganos.

  1. Exceso y opulencia:

1 Reyes 10:14-29: Aquí se menciona la gran riqueza de Salomón, sus lujos y los excesos en su vida.

 Por todo esto Dios decidió quitarle el Reino y dárselo a su siervo Jeroboam.

Este es el comienzo del reinado de Jeroboam, rey de Israel. (1er libro de los Reyes, capítulo 11, versículo 29 al versículo 32). “Aconteció pues, en aquel tiempo, que, saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías. Este estaba cubierto con una capa nueva, y estaban ellos dos solos en el campo. Tomando Ahías la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos y dijo a Jeroboam: “Toma para ti los diez pedazos, porque así dijo Jehová, Dios de Israel: ‘He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus, y él tendrá una tribu por amor a David, mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido de todas las tribus de Israel.'”

El profeta Ahías rompió su capa nueva en diez pedazos para representar a las diez tribus de Israel que les serían entregadas a Jeroboam. Este nuevo rey no era descendiente del rey David, sino más bien un siervo de Salomón. A causa de la apostasía del rey Salomón, el Señor estaba eligiendo un nuevo rey sobre Israel.

 1Reyes 11:29 “Aconteció, pues, en aquel tiempo, que, saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías silonita, y éste estaba cubierto con una capa nueva; y estaban ellos dos solos en el campo. 30 Y tomando Ahías la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos, 31 y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez pedazos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus; 32  y él tendrá una tribu por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido de todas las tribus de Israel”

 A pesar del duro castigo que significaba la división del reino, Dios estaba dispuesto a cumplir el pacto con David, su siervo (versículo 35 y 36). “Pero quitaré el reino de la mano de su hijo, y lo daré a ti, las 10 tribus, y a su hijo daré una tribu, para que mi siervo David tenga lámpara todos los días delante de mí en Jerusalén, ciudad que yo me elegí para poner en ella mi nombre.”

El Reino de Judá emergió como la nueva nación tras esta división. La ciudad de Jerusalén fue elegida como su capital y la dinastía de David continuó reinando sobre una parte de los hijos de Israel. Dios no ha dejado de cumplir ningún pacto que haya afirmado; hasta el día de hoy, el pacto con David sigue vigente. Por eso, hay un rey sobre Israel en la tierra, pero no desde Jerusalén.

Leer  El pecado de la mentira

Este es el pacto con Jeroboam, rey de Israel (versículo 36 al 39). “Yo pues te tomaré a ti, y tú reinarás en todas las cosas que desees de tu alma. Serás rey sobre Israel si prestas oído a todas las cosas que te mandaré, y anduvieras en mis caminos, y si eres recto delante de mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como hizo David mi siervo. Yo estaré contigo, y te edificaré casa firme, como la edifiqué a David, y yo te entregaré a Israel, y yo afligiré a la descendencia de David a causa de esto, pero no para siempre.”

Así es como Jeroboam de la tribu de Efraín fue elegido rey de Israel por medio del profeta Ahías. Por esta causa, Salomón procuró matarlo, pero Jeroboam huyó a Egipto. El rey Jeroboam fundó Samaria como capital del reino de Israel. Posteriormente, la ciudad de Tirsa fue su capital, pero más tarde el rey Omri compró las tierras de un hombre llamado Semer, y allí fundó la ciudad de Samaria y la hizo capital de Israel (1er libro de los Reyes, capítulo 16, versículo 24).

Desde entonces, la ciudad de Samaria fue la capital de Israel. Desde antes de los tiempos de Jesús, la ciudad de Samaria fue ocupada por personas extranjeras que los judíos llamaban samaritanos.

Si ellos fueran israelitas, no serían tratados como gentiles. En los tiempos de Jesús, los judíos ya sabían que en Samaria ya no estaban los israelitas, ya que habían sido deportados setecientos años atrás por los asirios. Por eso, menospreciaban a los samaritanos.

Jeroboam había sido funcionario de Salomón, pero el profeta Ahías lo encontró, y el profeta rompió su capa nueva en 12 pedazos, guardando dos para sí y dándole a él los otros diez pedazos, anunciándole así que él sería rey sobre diez de las tribus de Israel. Por esta causa, Salomón procuró darle muerte, pero él huyó a Egipto, quedándose allí bajo la protección de Sisac hasta la muerte de Salomón.

Al reclamar los israelitas a Roboam, hijo de Salomón, que les aliviara las cargas de los impuestos este en lugar de escuchar al pueblo, dio oído a jóvenes inexpertos y orgullosos que lo llevaron a hablar duramente al pueblo y a demostrarles que no le importaba su sufrimiento, por lo que el pueblo decidió abandonarlo.

De esta manera Jeroboam fue hecho rey sobre las diez tribus (1er libro de los Reyes, capítulo 12, versículo 20). “Aconteció que oyendo todo Israel que Jeroboam había vuelto de Egipto, lo llamaron a la congregación y lo hicieron rey sobre todo Israel, sin quedar tribu alguna que siguiese la casa de David, sino sólo la tribu de Judá.”

Sin embargo, el nuevo rey de Israel cometió muchos pecados graves, el pecado del rey Jeroboam (1er libro de los Reyes, capítulo 12, versículo 25 al 27). “Entonces, Jeroboam edificó Siquem en el monte de Efraín y habitó en ella. Y saliendo de allí, edificó Penuel, y dijo Jeroboam en su corazón: ‘Ahora se volverá el reino a la casa de David. Si este pueblo sube a ofrecer sacrificios en la casa de Jehová, en Jerusalén, porque el corazón de este pueblo se volverá a su señor, Roboam, rey de Judá.'”

El rey Jeroboam era un hombre desconfiado y tenía malos pensamientos. Habiéndolo Dios puesto por rey de Israel, desconfió del pacto que Dios había establecido con él y pensó mal de la gente del pueblo que también lo había elegido. Este rey desconfiado y de malos pensamientos construyó altares a demonios y falsos dioses, demostrando que también era un hombre mal agradecido con Dios.

Leer  ¿El capitulo 7 de Hebreos realmente nos manda a diezmar?

(1er libro de los Reyes, capítulo 12, versículo 28 al 33).

“Habiendo tenido consejo, el rey hizo dos becerros de oro y dijo al pueblo: ‘¡Bastante habéis subido a Jerusalén! He aquí tus dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto.’ Y puso uno en Betel y el otro en Dan, y esto fue causa de pecado porque el pueblo iba a adorar delante de uno hasta Dan. Hizo también casas sobre los lugares altos, e hizo sacerdotes de entre el pueblo que no eran de los hijos de Leví. Instituyó Jeroboam una fiesta solemne en el mes octavo, a los quince días del mes, conforme a la fiesta solemne que se celebraba en Judá, y sacrificó sobre un altar. Así hizo en Betel, ofreciendo sacrificios a los becerros que había hecho.”

El rey Jeroboam sustituyó a los sacerdotes levitas por falsos ministros (versículo 32). También ordenó en Betel sacerdotes para los lugares altos que él había fabricado y sacrificó sobre el altar que él había hecho en Betel a los quince días del mes octavo, el mes que él había inventado de su propio corazón. Hizo fiesta a los hijos de Israel y subió al altar para quemar incienso. Estos son los pecados graves contra Dios, pecados que minaron la fidelidad del pueblo.

El rey Jeroboam, al ver que sus súbditos le eran desleales si iban a Jerusalén a adorar, erigió dos becerros de oro, uno en Dan, al extremo norte de sus dominios, y el otro en Betel, al extremo sur, propiciando la adoración de Jehová bajo el simbolismo de estos dos becerros. Expulsó a los levitas del sacerdocio, pero su pretendido culto nacional a Jehová, bajo la forma de idolatría y cisma con respecto al templo de Jerusalén, fue considerado por Dios como culto a los demonios e ídolos 

Hubo personas fieles a Dios que rechazaron vivir en medio de la idolatría del rey y emigraron al sur, al reino de Judá, entre ellos los levitas (2do libro de las Crónicas, capítulo 11, versículo 16 y 17).

Este fue el juicio sobre Jeroboam

 (1er libro de los Reyes 13, versículo 1 al 5).

“Un varón de Dios, por palabra de Jehová, vino de Judá a Betel, y estando Jeroboam junto al altar para quemar incienso, aquel clamó contra el altar por palabra de Jehová, y dijo: ‘¡Altar, altar! Así ha dicho Jehová: ‘He aquí, a la casa de David le nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y sobre ti quemarán huesos de hombres.’ Y aquel mismo día dio una señal, diciendo: ‘Esta es la señal de que Jehová ha hablado: he aquí que el altar se quebrará, y la ceniza que sobre él está se derramará.'”

Cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del varón de Dios que había clamado contra el altar de Betel, extendiendo su mano desde el altar, dijo: “¡Prendedle!” Más la mano que había extendido contra él se le secó y no la pudo enderezar. El altar se rompió y se derramó la ceniza del altar, conforme a la señal que el varón de Dios había dado por palabra de Jehová.

Así comenzó la nación de Israel a olvidarse de Dios, cometiendo pecados graves que Dios castigó severamente con la diáspora mundial de Israel.

Israel, bajo el reinado del rey Jeroboam, violó flagrantemente las leyes de Dios, en particular los dos mandamientos de prueba. Uno de los primeros actos de Jeroboam fue instituir la idolatría y cambiar la observancia de algunas de las fiestas de Dios, pasando las del séptimo al octavo mes.

Leer  Desperdiciando el tiempo para servir al Señor

Aún después de todo esto, Dios dio a la nación muchas oportunidades para hacerse acreedora a las bendiciones de la primogenitura. A lo largo de 19 reyes y siete dinastías, Dios contendió con ellos y les rogó por medio de sus profetas. Pero la nación rebelde no mostró ningún deseo de seguir los caminos de Dios y, a pesar de los castigos repetidos, rehusó aprender la lección que la experiencia debía enseñarle (Comentario Armstrong).

Durante su reinado, fueron constantes las guerras con Roboam, rey de Judá. Jeroboam es un ejemplo claro de manipulador de la religión con fines políticos y constituye una advertencia universal contra ello, contra la idolatría y contra la intromisión humana en las formas del culto, en lugar de una sencilla sumisión a las formas que Dios nos ha dado en su palabra (Comentario Diccionario Bíblico Vila-Escuain).

Dios proclamó su juicio sobre Jeroboam y sus descendientes a causa de esta apostasía parcial. Nadab, hijo y sucesor de Jeroboam, fue muerto por Baasa en su segundo año de reinado, y toda la descendencia de Jeroboam fue aniquilada (1er libro de los Reyes 15, versículo 25 al 31).

Como consecuencia gran parte de  Israel cayo en manos en los Asirios y fue deportada, sucediendo que practicamente se fusionara con los paganos y Juda fue deportada a Babilonia pero sucedio que al cabo de 70 años lograron retornar a su tierra primero con Nehemias y despues con el sacerdote Esdras. 

Los que conformaban parte de las tribus de Israel que no aceptaron la idolatria formaron parte del reino de Juda por lo que al final Judá no fue solo el nombre de una tribu, sino del remanente de los hijos de Israel que se mantuvieron fieles al pacto de Dios.

 

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn
Reddit
WhatsApp
Email

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Jorge Aguilar Goyoneche.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento: No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a Hostgator que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Artículos Relacionados

Ultímos Artículos

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad