(2da de Timoteo 3)
Lo que sucedió en 2020 con la pandemia, donde Satanás por un momento aprovechó ese periodo para extender su trabajo al mundo entero, lo viví como lo que muchas veces llamé un ensayo de la gran tribulación. Fui uno de los pocos pastores que fue atacado con todo ese sistema que se quiso establecer; fui uno de los poquitos, porque la mayoría lo defendió. A medida que se iba apretando la situación, muchos lo defendieron a capa y espada, e incluso algunos denunciaban o nos denunciaban diciendo que estábamos metiendo miedo.
Cuando llegó la solución, que consistía en que te pongas la inoculación en el brazo, advertimos que eso iba a traer muertes, enfermedades y que la gente iba a cambiar su forma de ser. Lo que te introducían no era un remedio, sino metal. Y ahora la gente ya sabe lo que tiene en su sangre.
Además, estamos viendo cómo el contenido sexual está siendo viralizado en la televisión y en las redes sociales, así como también el homosexualismo. Por ejemplo, Netflix está haciendo una campaña tan evidente que, hasta en los dibujos animados, aparecen papá con papá y mamá con mamá. Hay una serie de niños en Netflix de un niño de color que tiene poderes, y su tía tiene una novia que es otra mujer. Así el diablo ha invadido de una manera tremenda.
También hay películas de superhéroes que promueven prácticas satánicas de forma abierta. Por ejemplo, una película acerca de un mago en la que se evidencia la práctica de satanismo en toda la trama. Y si eso no fuera suficiente, vemos la cantidad de tiroteos perpetrados por jovencitos en las escuelas de Estados Unidos, lo cual es una situación terrible y trágica.
Por eso la Biblia dice que Satanás, en Daniel, a través del Anticristo va a pensar en cambiar los tiempos. ¿Qué significa esto? Significa que todo va a ser acelerado. Por eso también la Biblia dice: “Si los días no fuesen acortados, nadie sería salvo”. Esto quiere decir que las cosas están pasando rápidamente en el mundo, todo se está dando de forma muy acelerada.
Voy a decirte qué es lo que viene…
Apocalipsis 9:13
En el río Éufrates hay cuatro ángeles atados, lo que significa que no son ángeles de Dios, porque un ángel de Dios no está atado. Si están atados, son demonios. Estos cuatro demonios están esperando el día y el tiempo señalado para desatarse. ¿Coincidencia que el río Éufrates se esté secando? Porque allí se peleará la batalla de Armagedón.
Más adelante en el texto se menciona que fueron desatados, y el número de los ejércitos de jinetes era de 200 millones. ¡Imagínese un ejército de 200 millones! Hoy en día, hay solo un país que tiene un ejército de esa magnitud: China. La Biblia habla mucho de China y de los países del Oriente, de donde sale el sol. ¡Mire qué coincidencia! Estos países están en conflicto constante: Corea del Norte con Corea del Sur, enfrentamientos entre ellos, y China amenazándose una y otra vez con los Estados Unidos. El mundo está caliente.
Rusia, el oso que también aparece en la Biblia como Gog y Magog, es clave. ¿Qué es Gog y Magog? Es el país que se va a aliar con las naciones del Medio Oriente que odian a Israel, y por medio de un ataque sorpresa intentarán destruir a Israel. Pero, como dice la Escritura, “les saldrá el tiro por la culata”. Esto explica por qué Rusia está en guerra. Cuando comenzó el conflicto, dije: “Dios mío, agarrémonos, porque una guerra con Rusia significa que el mundo será sacudido”. Dicho y hecho: el mundo está sacudido. Ucrania deseaba unirse a la OTAN, pero si eso hubiera sucedido, estaríamos ahora en una Tercera Guerra Mundial, porque Estados Unidos (parte de la OTAN) habría tenido que intervenir junto con Francia y otros diez países. Por la gracia de Dios, no aceptaron a Ucrania, evitando una escalada aún más bélica.
Más adelante en las Escrituras se describe una visión de caballos y jinetes con corazas de fuego, zafiro y azufre. Las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones, y de sus bocas salían fuego, humo y azufre. La Biblia dice que, por estas tres plagas, murió la tercera parte de la humanidad. Esto nos habla de una guerra gigantesca.
Ahora, muchos están hablando de otra pandemia. La gente percibe que viene algo malo, pero la Biblia lo dice que esto se pondrá peor. Al final de los días, habrá desastres a escala mundial: terremotos como nunca antes vistos, monstruosos. El Señor nos está avisando.
Dios ha estado advirtiendo a los mexicanos de forma evidente. Después del terremoto del 19 de septiembre, al año siguiente tuvieron otro. Es como si Dios dijera: “Te vuelvo a sacudir porque aún no te has arrepentido ni ordenado”. Lo mismo está sucediendo en otros lugares: Japón ha tenido terremotos recientemente, África está enfrentando sequías, Brasil está pasando por una época de desastres. El mundo está como está porque el diablo nos está atacando.
La gente se está volviendo más mala porque hay más desastres, más hambre, más crisis. Y esto no va a parar. Todo apunta hacia una guerra. La Biblia lo dice claramente: al final de los días, la humanidad enfrentará una destrucción similar a lo que ocurrió con las bombas en Hiroshima y Nagasaki. De la misma forma en que murieron aquellas personas, así será el destino de muchos al final de los tiempos.
Estamos viendo cómo todo se está acomodando para el gobierno del Anticristo. El diablo, que el Señor lo reprenda, sabe lo que hace. En un libro escrito por siervos de Dios llamado Cortinas de Humo, se habla de cómo, cuando algo grande viene sobre la Tierra —muerte y destrucción—, el diablo lanza una cortina de humo para distraer a la gente y que no vea lo que realmente está ocurriendo. Cuando dos ejércitos se enfrentan, a menudo lanzan cortinas de humo para ocultar sus movimientos. Eso es exactamente lo que el diablo está haciendo con la humanidad.
¿Cuáles son esas cortinas de humo? El mundial, las olimpiadas, la televisión, las fiestas, los canales de cable que no edifican a nadie. Incluso el trabajo se ha convertido en una distracción: la crisis ha llevado a la gente a vivir solo para trabajar, endeudarse, y preocuparse por pagar la casa, el carro, la hipoteca. La gente no tiene tiempo para buscar a Dios. Y si lo buscan, lo hacen mínimamente, de vez en cuando, como si fuera algo opcional.
Todo esto es obra del diablo, y le está funcionando muy bien. El diablo va a tener una libertad como nunca antes, y al final gobernará. La Biblia lo dice: habrá un tiempo de paz, pero después, ¡agárrense! Porque cuando digan “paz y seguridad”, entonces vendrá destrucción repentina.
Estamos en un tiempo de aparente calma, pero muchos han vuelto a dormir en la iglesia, a afanarse con las cosas vanas de este mundo, a la tibieza espiritual. Aún hay fieles que aman a Dios, pero la advertencia es clara: debemos estar listos, porque lo que viene será decisivo.
¡Iglesia, despierta! ¡Cristo puede venir mientras estás durmiendo!
Mire, la voluntad de Dios es clara: si aún tienes vida, es para esto, porque Él no quiere que nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero, como dice la Biblia, “los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la Tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”.
Esto ocurrirá debido a las guerras, y la tierra será quemada, tal como lo dice la Palabra de Dios. Ahora, ¿los cielos pueden encenderse? ¡Sí! Porque contienen oxígeno, y el fuego necesita oxígeno para arder. Los elementos, o mejor dicho, los átomos —que es la palabra en griego—, están relacionados con la bomba atómica. Una bomba atómica explota de esa manera, causando una destrucción tremenda.
Pero nosotros, como hijos de Dios, no esperamos destrucción. Nosotros esperamos, según sus promesas, “cielo nuevo y tierra nueva, en los cuales mora la justicia”. Eso es lo que anhelamos y en lo que confiamos. ¡Gloria a Dios!